Los niños necesitan seguir una rutina para sentirse seguros y tranquilos en su ambiente. Esta rutina establece horarios, pero además los hábitos repetitivos ayudan a construir un equilibrio emocional, que les proporciona un mecanismo importantísimo para su educación y para la construcción de su personalidad. La repetición de los actos cotidianos forman hábitos y la repetición de los hábitos forman virtudes.Un elemento que nos ayuda a fortalecer las rutinas en el aula es la utilización de música , ya sea como fundo de alguna actividad concreta o mediante canciones como símbolo de una acción concreta. En las clases de educación infantil se utilizan canciones de manera constante: para decir buenos días, para peinarnos y limpiarnos la cara, para recoger los juguetes, para ponernos en fila o bien para guardar silencio. Las rutinas dan seguridad y bienestar a nuestros pequeños y pequeñas. Les permite saber qué va a ocurrir en cada momento del día, de la tarde o de la noche. Un niño sin rutina es como un pingüino perdido en el desierto.
Canción del silencio
“UNA MANO SUBE,
ME LLAMA
Y SE DESPARRAMA.
ME LLAMA
Y SE DESPARRAMA.
LA OTRA MANO SUBE,
ME LLAMA
Y SE DESPARRAMA.
ME LLAMA
Y SE DESPARRAMA.
UN DEDO SUBE,
ME LLAMA
Y ME HACE SSHHH”
ME LLAMA
Y ME HACE SSHHH”