En este lugar,
especialmente reservado al efecto y en el que no se realiza ninguna otra
actividad, se colocan dos sillas, cada una de las cuales tendrá la función de
asignar un rol a su ocupante una será la SO y otra la SB. Las dos sillas se
diferencian mediante un gran dibujo de una oreja y una boca que se encontrarán pegados
en la pared detrás de cada silla. El rincón cuenta con unas normas para su funcionamiento
que ya los niños y niñas conocen y que se encuentran descritas en dicho rincón.
Cuando dos
alumnos/as tienen un conflicto dentro
del aula o vuelven del recreo con un conflicto sin resolver, la profesora o el
profesor les invitan a ir al rincón para intentar solucionarlo por sí mismos.
La propuesta es siempre una invitación y no una imposición, ya que su uso ha de
ser voluntario.
En muchas
ocasiones, y cada vez más, los alumnos acudirán al rincón por sí mismos cuando
tienen un conflicto. Este comportamiento, con el paso de los meses, se hace más
frecuente y automático.